jueves, 10 de abril de 2008

Una tregua

Había muchas cosas que me irritaban pero con el tiempo les tomé cariño: los consejos tan de revista Mía, que a veces no filtrara mucho lo que decía –no tenía por qué enterarme que le parecí muy pirucha la primera vez que nos vimos-, sus recomendaciones de pelis, la falta de cinismo, sus aprobaciones exaltadas, la cara de cansancio que tenía algunas noches y, sobre todo, el optimismo. Parecía creer mucho en mí y en los buenos finales.
Dos veces quise patear todo y todavía no sé cómo logró que le diera changüí. Lo bien que hizo. Las cosas empezaron a funcionar mejor, y hasta bien. Después, nos desorganizamos un poco con su mudanza, o ese fue el pretexto. Hubo un poco de distancia, pero yo sabía que íbamos a volver a vernos porque así es la vida.
Por eso, lo de ayer resultó un poco inesperado. Me dio el alta por teléfono. Se la notaba contenta y no cedió cuando le pedí una última sesión de cierre. Pero dijo que podía llamarla cuando necesite.
Se acabó terapia.

4 comentarios:

ann dijo...

es un poco raro que te den de alta telefónicamente, pero por otro lado para que ibas a pagar una sesion para que te dijera que estas de alta .
Igual este ema es taaan subjetivo, a mi me parece que de laterapia solo se da de alta uno mismo, pero como en alguien hay que confiar!!, estás libre. piba.

Anónimo dijo...

Termino de leer tu blog, llegué por comentarios en otro. Sos una rareza. Interesante.
M.

Paula Cautiva dijo...

Felicitaciones querida Siesta! Es lindo que te den de alta... Aunque como dice Ann, creo que el alta más importante es el alta interno.

Siesta escandalosa dijo...

Y eso que a esta psi. yo le decía "la ortodoxa", Ann... Pero parece que se amoldó.
Y, sí: el asunto es el alta interna. Para todo lo demás: Mastercard.

Hola, Paula! Ya mismo me doy una vueltita por sus de aquí y de allá. Ando con morriña de dichos.

M: me encanta la palabra "rareza". Pero no cuando la usan para definirme.