domingo, 8 de junio de 2008

Mirona

En el pulmón de manzana hay un pino. Eso fue lo que dijo el de la inmobiliaria cuando describió el departamento y fue lo que más me gustó de todo lo de que nombraba. Con el tiempo descubrí el resto.
En uno de los edificios que ahora tengo enfrente viví yo hace muchísimos años, apenas me fui de casa. Compartíamos ese monoambiente con una santafecina; después vinieron su novio y algunos míos. En épocas de parciales, se sumaban tres o cuatro más. También estaba Happy, el hamster, al todos le decían Ratita. Una o dos veces al año, cuando caía el de la desinfección, se escuchaba la advertencia: “Cuidado con la Ratita”. Finalmente, alguno se levantaba, iba hasta el baño y volvía con la lata de galletitas Terrabusi. Adentro estaba Happy, con su vuelta al mundo y sus filetes de zanahorias. Creo que siempre fuimos demasiados en aquel departamento.
Pero cuando me mudé acá no empecé a espiar el edificio de enfrente por nostalgia sino porque ahí vivía un chico al que también le gustaba mirar. Tenía un cuerpo contundente y lo mostraba mucho. Todas las mañanas, cuando yo iba a la cocina a prepararme el desayuno, él ya estaba en el balcón, parado, tomando su café en calzoncillos. Por las noches también se asomaba. Fue por él que coloqué cortinas en mi cuarto. Después se puso de novio y se mudó. De vez en cuando viene, se queda un rato escribiendo en la PC y después sale al balcón. Pero ya no es lo mismo. Cuando se va, baja la persiana.
Arriba del departamento de este vecino había uno pintado de un verde más estridente que el de las manzanas. Ahí vivía una chica que lavaba mucha ropa por las noches. La persiana estaba siempre baja hasta que, casi a la madrugada, la levantaba para salir a colgar la ropa. Después, volvía a encerrarse. También se mudó. Hace algunos fines de semana apareció ahí una chica gorda, muy gorda; llegó con un señor vestido de albañil, que pintó todo de blanco. Hoy al mediodía él seguía haciendo arreglos en el departamento. Se toqueteaba mientras revisaba la puerta que da al balcón.
Hace dos veranos demolieron la casa que había al lado del edificio de los monoambientes y empezaron a construir una torre. Cuando sólo era un esqueleto, el que cuidaba la obra se instaló en uno de los pisos. Por las noches, se lo veía comer en una mesita. Después, cuando ya estaban levantadas las paredes, colocó trapos de colores en los huecos de las ventanas. Un domingo hizo un asado. Desde mi casa se escuchaban la cumbia y gritos. Me asomé y lo vi: estaba junto a unas chapas de las que salía humo, bailando mientras cantaba o algo así. No había nadie con él. Esa noche vino a verlo un señor muy bien vestido y se quedaron un largo rato charlando, los dos sentados en la mesita.
La torre ya está lista. Debe faltar poco para que vengan a ocuparla. Cuando pase eso, voy a poner cortinas en el living.

27 comentarios:

Paula Cautiva dijo...

Yo sabía que teníamos mucho en común, pero lo de mirar los otros edificios, ja! Ahora que vivo en planta baja contrafrente, lo único que puedo hacer es escuchar las peleas y los conventillos desde el comedor diario, que está en el pulmón del edificio.

fed dijo...

Usted pone cortinas para que no la vean viendo! Mirona!

O a lo mejor todo lo contrario ve poco, pero retiene un montón de información de esa breve vista y el resto la imagina.

En cuanto a la densidad poblacional que se aconseja para un departamento, es difícil saber cuándo son muchos y cuando son pocos. A veces dos son muchos, a veces dieciséis son pocos.

Muchos besos siest,

federicuei.

fed dijo...

Recien acabo de ver que el título del post es "mirona", lo había visto antes?

En fin, ahora mis deducciones expresadas arriba no parecerán inteligentes como esperaba...

Anónimo dijo...

se mudo el de enfrente??????? igual a mi me gustaba mas el que quemaba en el balcon de la esquina. ese sigue no?
besos, lady

EmmaPeel dijo...

Desde mis ventanas se ve un pino y antes, muchas casas. Ahora se van derrumbando y dan paso a torres. Raro, a la vez que se achica el horizonte se amplía la posibilidad de chusmear.

pd. Meki tiene historia por la falta de cortinas

Siesta escandalosa dijo...

Vos también, Pau? Seguimos sumando adeptos. Igual, el jardín compensa la abstinencia de vouyerismo.

Es que cuando sos mirona terminás siendo mirada, Federicuá. Lo que veo, lo cuento y el resto me lo imagino. Son muchos cuando algo te fastidia. Son pocos cuando el único fastidio es una.
Lo suyo siempre es el ingenio.

Uy. Te lo descuidé, Ladyta. La verdad es que ni idea. Hace mucho que ya no se asoma, y eso que prometía.

En otra época y otra casa yo chusmeaba el horizonte, Emma. Estaba bueno. Ahora se interpusieron vecinos y no quedó otra, como entenderás.

Adoro las historias de Meki. Ojalá cuente la de las cortinas.

Anónimo dijo...

Epa! Desde la última vez que pasé por acá, esto se convirtió en un lugar super concurrido!!!! Mis felicitaciones. Los textos, como siempre, superiores. Y después hablás de bloqueos...
Besos
Firmin

Siesta escandalosa dijo...

Hola, Firmin! Pasa que ando remolona para las estructuras.

Jirafas dijo...

mi depto da al pulmón y el pulmon al que da mi depto me lo imagino como el pulmon de un cancerígeno -que se entienda, cáncer en los dos plmones-. supongo que ese tipo apenas puede respirar; del mismo modo, el pulmon de mi edificio esta rodeado de paredes de otros edificios, y como vivo en un 4º piso, y como el edificio en el que vivo es de 10 pisos, no veo un joraca de lo que ocurre más allá. sim embargo, puedo ver a los que viven en el mimo edificio en el que yo vivo, pero que viven en los deptos "D" -yo vivo en el "C"-. de esos, solo veo al del tercero, al del cuarto y al del quinto. en el tercero vive una señora gorda, vieja, que no se preocupa mucho por la estética -eso pensé la primera vez que la vi, pero después me di cuenta de que siempre la vi en ese ambiente que no es otro que el que corresponde a su habitación; o sea, uno siempre está vestido para el orto en su cuarto; igualmente, nunca pude imaginármela producida-. en el cuarto, cuando recién me mudé, vivía una señora con una hija con síndrome de down. la persiana estaba siempre cerrada, jamás la abrían. sin embargo, fue la vecina más buena onda que tuve en los dos años que llevo viviendo ahí. siempre me alertaba de que se quejaban de mi musica, y cuando le preguntaban a ella -que era la que vivía en el depto junto al mío- decía que nunca escuchaba nada, que nada le molestaba y, depues, a mí me decía que no les diera bola que la múscia que escuchaba era muy buena -tal vez me tuviese ganas la vecina, y yo nuna me avivé de eso; esto lo pienso ahora-. una vez vi que esa ventana se abrió y apareció la cara y el torso de un señor un tanto viejo -50 y pico de años debera tener; para los bloggers que anden por esa edad y no se sientan viejos, sepan que yo tengo venti tantos y que todo aquel que pase los 50 me parece viejo-; yo justo abría la ventana de mi habitación y los dos, por unos segundos, nos vimos fijos a la cara; jamás esa ventana había estado abierta, y ahora se abría y el que la abría era un viejo cualquiera, al que no conocía; el viejo me saludó; yo creo que lo saludé con un gesto, ni siquiera le dije hola. después pude comprobar que ese viejo se había mudado ahí junto a su familia que, para colmo, son de esas familias a las que les gusta mostrar sus vidas al resto de la gente, y es por eso que cada tanto comen, hablan, etc., con la puerta abierta. los detesto. después está el del quinto, de quien no tengo recuerdos, pero sé que alguna vez vi a alguien que, suopongo, me miraba a mí y que cuando lo vi se metió para adentro.
espero mudarme proximamente y poder ver algo más que paredes y vecinos.
besos
fede

Siesta escandalosa dijo...

Tremendo ese pulmón, Jirafas. Como si no fuera lo suficientemente darky, encima la nena con Down (qué pasó con ella? Mirá si hubieras tenido una historia con la madre...) y ela familia del viejo saludador.
Ojalá lleguen pronto los pinos.

Au drey dijo...

Hay un cuento de mi adoradísima Carson McCullers, 'El patio de la calle ochenta, zona oeste' que les recomiendo a los mirones que no lo hayan leído. Todo esto que cuentan Siesta y los comentadores me hizo acordar.

Emma, cariña, me mandaste al frente. Es una historia larga,y no apta para espíritus sensibles, que no tiene que ver con mirar, sino con ser mirada. Incluye ¡oh!denuncia por amenazar la moral y las buenas costumbres de los vecinos.
Pero propongo un trato, muejeje. Cuando Paula Cautiva por fin te haga entrega de la foto premio del concurso de su blog, Siesta, voy y te la cuento en persona.
Lindo leerlos a todos.

Mercadito de barrio dijo...

justo hace poco escuchè en el Rojas el relato de un tipo que era vouyerista profesional. Era un ritual diario, ponía musica , encendía un cigarrillo y se sentaba horas en su balcón a mirar los edificios de enfrente esperando que pasen cosas como las que vos describís.

ann dijo...

poniendo cortinas para que o te vean!!!aha!es un buen metodo para poder pispear por detras.

Como siempre, hermoso relato.

ann dijo...

leí un cuento hermoso de Carson Mc Cullers que no recuerdo el nombre de historias de vecinos a los que podía mirar y escuchar, fantastico, muy recomendable.Yo lo tengo en un libro que se llama "El aliento del cielo".

Siesta escandalosa dijo...

Me hiciste acordar, Meki!Voy a releerlo. Hecho, nena. Arreglemos encuentro con tutti.

Ese vouyeur sí que tiene estilo, Mercadita. ¿Quién será? Lo mío es más mamarrachero.

Te juro que las pongo por intimidad, Ann. Soy fiaca para espiar; entonces, miro.

perra de agua dijo...

Qué lindo que esta todo acá. es la primera vez que paso. Hoy no puedo quedar a dormir la siesta, pero de ahora en más pasaré a despatarrarme seguido.

Jirafas dijo...

esperemos que pronto lleguen los pinos.
mientras tanto, nos conformamos con los pinitos de paraguay
besos

Soy peregrinaperla dijo...

El patio de Carson es lo más. Tiene una atracción infundada por su vecino colorado. Lo mira y no sabe por qué. Nunca se hablan. Pero ella siente de que el es capaz de cambiar el mundo. Una delicia.

EmmaPeel dijo...

Dichosas Las Jirafas con el Pino Paraguayo se los cambio por el mío made in Villurca =)

Y hablando de Carson, me hicieron recordar un cuento tremendo de Flannery O ´Connor del viejito que se sienta en la ventana a mirar el malvón de un vecino

Anónimo dijo...

siesta te acordas del depto de la calle costa rica?
te acordas de los vecinos que teniamos bien pegaditos ventana con ventana en ese contrafrente bien junto? en ese monoambiente estaban la madre , el padre y el hijo adolescente y eran judios, te acordas? que tenian pegada en la pta la estrella de david y se armaban unos quilombos de aqueñllos??? cuando empezaste con la historia se me vino encima el luminoso monoambiente de costa rica, que si las paredes y la terraza hablaran tenemos para mas de un libro. la verdad recuerdo esas epocas de locura con mucho cariño, cuantas cosas que pasaban y a veces cuantos eramos en ese monoambiente... nostalgy

Siesta escandalosa dijo...

Queremos tanto a Carson...

Se la esperará para un buen despatarre, Perra.

Las jirafas y los pinos: da para hit.

Serpentina, papel picado, muérdago y ningún globo, Clau: así se espera el 12.

Me debo Flannery, Emma. Qué bueno que hayas contado de ese cuento porque ahora me dio ganas de acercarme.

Uy, sí! Me acuerdo. Crazitud total. pero tampoco es cuestión de devolver la vida intacta, no?

EmmaPeel dijo...

Leerla en inglé es compli porque usa ese slang medio masticado del sur.
Y en español de a poco, porque las traducciones de la fonética medio que joden.

En ambos casos, además, son una bomba h para el cuore, asi que se recomienda en pequeñas dosis

Siesta escandalosa dijo...

Y qué traducción recomendaría, Emma? Hoy me siento apta para una buena dosis.

Anónimo dijo...

Extraño el pino paraguayo.
Extraño a Meki y Emma.
Extraño el bajón de presión.
Extraño el culo de la chica del tercero.
Por suerte apareció la náusea y todo es un derrrumbe maravilloso.
Anoche me desmayé en La Vía Láctea y hoy amanecí con pérdida de líquido escrotal.
Me han robado a mi hijo.
Quería llamarlo Rodolfo para que meki comience a querer a los niños.
Comienzo a sentir que otra vez cae el telón.
Y no quiero cumplir con la agachada saludadora.

Anónimo dijo...

confieso avergonzada que una vez le pregunte a mi vecino pared con pared, "perdon si te hacemos ruido" (fue un comentario casual, esperando el mismo tono). El vecino yanqui, respondio medio sonriente " "No problem ya le explicamos a nuestra hija adolescente que el sexo es natural"

Nice, eh?

lindo blog y bienvenida

Siesta escandalosa dijo...

Le convidaría un algo, Fulvio.

Con vecinos así da gusto hacer ruidos, Mary Poppins.

Anónimo dijo...

Querido fulvio, ese bar es lo que tiene