Tuve un novio cocinero. Siempre llevaba un diccionario chiquito dentro de un bolsillo. Todas las noches, antes de dormir, memorizaba una palabra nueva. Cuando lo conocí, iba por
Trabajaba en el mismo lugar donde yo era camarera. Apenas nos miramos, nos caímos antipáticos. Nunca me gustaron los hombres altos. Pasó lo esperable: como siempre sacaba últimos mis pedidos, un mediodía entré en la cocina, desenganché las comandas, hice un bollo y se lo tiré en la cara. Muchas cayeron dentro de una olla donde estaba cocinando no sé qué, y otras, directamente sobre la hornalla. Vi volar a algunas, ya convertidas en fueguitos. Supongo que nos habremos insultado un poco. Nada grave, más bien una tontería. Casi al final del turno nos besamos y nunca más hubo barullos.
Cuando empezamos a salir, descubrí lo del diccionario. Yo me acurrucaba contra él cada vez que lo leía, y miraba cómo fruncía las cejas. A veces, también repasaba palabras viejas. Sostenía el libro con una mano y acomodaba la otra sobre mi espalda. Nunca le pregunté por qué hacía aquello. Supuse que era algo relacionado con no haber terminado el secundario. La verdad es que no hablábamos mucho cuando estábamos solos.
Pero una tarde sí me contó que él fantaseaba con llegar a leer palabras a los hijos, en vez de cuentos, y que yo lo peleara por eso. Fue algo triste, porque nos estábamos despidiendo, dos días antes que yo me fuera a vivir a Brasil con mi ex marido. Comimos milanesas y me regaló un diccionario de portugués, chiquito como el suyo.
11 comentarios:
Usted sí que es un alma noble,
besote,
fed.
hermoso siesta!!!!
...cuando lo conoci iba por la c
un hombre inteligente que cocinaba palabras
¿Palabras en vez de cuentos?
Era el cocinero minimalista, entonces.
Hoy te hice papas hervidas, para mañana tengo caldo y para la media tarde leche. Todo acompañado con agua.
y nunca más hubo barullos. :)
Lo cotidiano dentro de tus historias siempre tienen otro gustito.
Saludos!
la versión latinoamericana y bien escrita de frankie and johnnie.
Alma piccardo: c'est moi, federicuá.
Palabras y silencios, Marypops. Y cocinaba bonito.
¿Por qué tan austero el menú, Jotapé?
Leí gustito y me dieron ganas de un pescadito del Chan Chan. La mente es algo muy raro, Juliet.
Es que casi siempre hay cicatrices, Protervo.
Ay, Clau
todavía quiero ser moza con vos.
para cuándo?
ay, hola por acá, soy nueva, así que además de decirte que me gustó el recorrido, voy a agregar que me dio intriga saber si fuiste a vivir al mar. si es que paraste en San Pablo, por favor, no quiero saber! besos!
Mire Siesta, a veces preguntar a tiempo salva vidas. Pero qué sería de nosotros, sus lectores, si no tuviera esos desencuentros con la vida.
La imagino feliz. A veces no tanto, pero feliz.
Para esta mismísima semana, Clau.
Entonces, no lo vas a saber por mí, MQDLV.
Creo que un poquito sí, Abrujandra. Y arriba de eso pasan cosas.
Lo leí ya un par de veces, y resiste archivo y domingos fuleros como este
besos amiga
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