Parecía una fotocopia lavada de Boogie, el aceitoso: el mentón cuadrado, las comisuras para abajo y las cejas casi pegadas a los párpados. Además de la expresión demorada de un skinhead. Subió en Panamericana. En la escalera del estribo, echó un vistazo a todos antes de seguir hablando por el celular.
-Lo que yo quiero saber es quién me atendió y dijo que te estabas bañando, Mónica. Eso nada más. Ahora estoy en el colectivo, te llamo en un rato y me lo contás.
No me hubiera gustado estar en el pellejo de la tal Mónica. El skinhead se paró frente a la máquina de boletos y le preguntó al colectivero cuánto tenía que pagar para ir hasta Scalabrini Ortiz y Santa Fe.
-1, 40
El skin head metió la mano en uno de los bolsillos de su pantalón cargo y sacó una moneda de un peso. Se acercó hasta el asiento del chofer y se la mostró.
-Estamos en problemas. Es lo único que tengo.
En su lugar, yo lo hubiera dejado viajar gratis; pero el otro se empecinó en lo del 1,40. El skinhead volvió a pararse frente a la máquina, con las piernas bien abiertas. Yo retrocedí un paso, segura de que iba a volarla de una patada. Pero, en cambio, comenzó a rebuscar en otros bolsillos del pantalón, que eran muchos. Sacó una bolsita de nylon, un papel doblado en cuatro que abrió y leyó antes de volver a guardar, y un pedazo de cuero marrón. Nada parecido a una moneda.
En ese momento, un señor que al costado de él, casi hecho un ovillo sobre la tarima de la rueda delantera, sacó la mano de la campera y le dio las monedas. Lo hizo sin deshacer su posición de oruga y sin mirarlo a la cara: sólo extendió el brazo. Pensé en él como en un Bill (el de Kill Bill) agazapado.
El skinhead pudo sacar el boleto y se ubicó en la parte de atrás, parado al lado de un chico que, pese a la tormenta, llevaba puestas unas gafas de sol enormes. Volvió a llamar a Mónica y lo que ella dijo debió haberlo conformado porque al rato se puso a charlar con el de las gafas.
Cerca de General Paz, subieron dos chicos, uno llevaba un corte punk y en la parte rapada tenía tattoos. Mientras éste colocaba monedas, el otro le explicaba al chofer que les faltaban 20 centavos. Se reía mientras lo decía. Y otra vez lo mismo: desde el costado, Bill extendió el brazo con la mano extendida y ellos agarraron las monedas.
Miré atrás: el de las gafas le había hecho un lugar al skinhead en su asiento, que era para uno, y los dos charlaban de vaya uno a saber de qué.
A la altura de Nuñez, Libertador estaba cortada por la inundación. Era una inundación de lluvia y de autos. El colectivero estuvo hablando por la ventanilla con un policía que tenía puesto una capita naranja. Le pidió varias veces que nos dejara seguir por la avenida. Supongo que el policía estaba un poco aburrido de tanto desviar el tránsito o a lo mejor la capita le había socavado un poco el autoritarismo, la cuestión es que después de varias negativas, dijo:
-A no ser que lleves a alguien descompuesto…
El chofer se dio vuelta y preguntó:
-¿Quién se hace el descompuesto?
Miré el brazo de Bill. Ahí estaba.
domingo, 30 de noviembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
22 comentarios:
Bill entiende perfectamente que es esto de participar del universo, yo sería un bill muy calificado, siempre quiero participar de todo, caer bien, que me quieran e idolatren, pero esa de hacerme el descompuesto, nah, no habría podido hacerlo.
A santa fe y scalabrini ortiz, al alto palermo? Mónica tendría fundadas razones para bañarse mientras alguien distinto a ella atiende sus llamadas telefónicas.
Hacerme la descompuesta sí. Dar monedas ni loca, con lo difícil que está conseguirlas.
y que passssoooooooooooo? se hiso o no? termina de contar
la de asntes soy yo y me hisiste acordar de cuando viajamos juntas en el 39 de bermudes y era todo tan loco. tenemos que volver pero en chata porque ni loca un bondi de vuelta que para eso te tengo a vos que me contas todo tan lindo rana. pero no seas vaga y termina la historia
hola, mekiiiiiiii!!!!!!!!!! vos sos tempranera como yo
beso, lady
Ladyta dale, hagamos viaje a la dimensión desconocida y te llevo en bondi: 79 - Constitución/San Vicente
y después venís y lo contás acá
jijiji
Te hago el acting cuando me faltan monedas, revuelvo todo y siempre hay un Bill que se apiada
Yo también quiero ser querida por todos, pero sin tanto esfuerzo. Ni siquiera me sale la muertita, federicuá.
Igual, Bill no tuvo necesidad de actuar. El colectivero sacó el brazo por la ventanilla y empezó a tocar bocina como loco. Nos dejaron pasar sin intervención de Same.
"Sacame todo menos el cambio" es mi último lema de vida, Meki.
A ver, Ladyta:
Bill se bajó en Barrancas de Belgrano. Nadie le dijo "chau". Skinhead hizo lo mismo en Bonpland (no sé por qué no llegó a Scalabrini) y Juan B. Justo no estaba inundada.
La otra vez le pedí al colectivero que me cambie. Fue a lo máximo que llegué, Emma.
Hoy vi en el subte un señor que era igual al fitzgeraldiano de acá a 20 años. Me avisó que mi reloj atrasaba como 40 minutos.
Texto freaky pero muy lindo!
El generoso Bill y el colectivo de los freaks.
Me gustan tus narraciones de observadora, felicitaciones te quedo muy bonita!
Saludos,
Lupe.
Todo anda freaky, Celineta.
Gracias, Lupe!
Siest, le juro que hay un más allá en esto del transporte público
He llorado, me he hecho la extranjera, he tirado "sin querer" el monedero para que después "claro, se me perdió la moneda", he esperado que suba otro pasajero para cambiarle el boleto por monedas y bajarme porque me había confundido de línea, he pedido a los gritos si alguien me cambiaba, he metido monedas uruguayas y ante el descubrimiento afirmar "UY me las acaba de dar el quiosquero", y asi mil
es una vida dura la del bondisero
Uy hay que contarle al fitzgeraldiano! (mienta y digale que dentro de 20 estará impecable, parece que está en crisis de medianía)
besos
Mujer de muchos recursos, Emma. Lo de las monedas uruguayas me llegó al cuore.
En cuestiones de estética masculina hay que apelar a recurso ladytano. Una le pregunta: "Qué tal está?". Y ella contesta: ""Es un espléndido" o "Es un regio". Y arreglátelas.
todavia es dificil conseguir monedas..?
Hay cosas que solo e nuestro pais
Escriba mas seguido, dona siesta
Saluds
Te digo que el uso del regio ya lo adopto
ups
meto el borrachin
grosso bill, muy grosso.
queremos amigos así.
Volví al laborioso mundo del desocupado y, taconeando al ritmo de Trasnformer (disco lazarillo), descubro que usté también es musicalmente Di Sanctis.
Una cosa, los Bill del transporte público me la traen floja. Siempre prefiero que la disputa con el chófer llegue a mayores.
fulvio jácher
otra vez flaco de red
Ahora que lo pienso, Mary Popp, es raro lo de las monedas: un día te levantás y no hay más. Pero se supone que es algo que está en circulación. Andá a saber quien las acaparó y para qué.
Debería escribir más seguido pero hay días en que miro un monitor y lloro.
Obvio, Emma. Y felicitaciones again en triplicado: concurso, nota queer y actitud.
No sabe la alegría que me dio el regreso de los soldados del azar, Jirafetas.
Ojo, Fulvio: desempleado no es lo mismo que desocupado. Musicalmente soy de lo más mamarrachona.
escriiiiiiiiiiiiibbbbbbbbiiiiiiiii marrana
hasta may poppins te lo dise. y no pkngas que queres ser querida porque vos sos querida por todos y no lo digo solamente potr mi sino porque yo lo vi y re requieren rana todo el mundo. yo que se si es carisma pero tenes eso.
hoooooooollllllaaaaaaaaa chicas!!!!!!! que consurso ema? yo soy como dise la rana que los bondis no te los trabajo pero yo voy a escribir en lo de la rana escandalosa jjjjjuuuuuaaaaa y hablen para que se entienda che como eso del de la crisis y el de la musica que solamente usatedes
beso, lady
Las historias en donde hay una Mónica siempre funcionan.
Reverencia ante tu blog. Nos leemos.-
Emma ganó un concurso de cuentos de España, Ladyta. Ahora te paso el relato. Es grosa como ella sola. Después: lo de la crisis no me consta. Para conocer al fitzgeraldiano metete en Tommy Barban (está linkeado). Lo de Di Sanctis te lo debo.
Es un gustazo leerlo, NNN.
Jaja.
Publicar un comentario